lunes, 5 de mayo de 2014

LA FALTA DE SUEÑO PODRÍA AFECTAR LA SALUD DE LOS ADOLESCENTES

La mayoría de los encuestados duermen 6 horas o menos por noche, y los expertos culpan a los dispositivos electrónicos que hay en las habitaciones

Muchos adolescentes de hogares con ingresos bajos o medianos duermen demasiado poco, lo que potencialmente se añada a las dificultades de los niños que ya están en riesgo de problemas de salud.

El estudio de 250 estudiantes de secundaria halló que dormían, en promedio, seis horas por noche, mucho menos de lo recomendado, que es unas nueve horas.

Los niños que duermen poco son más propensos a reportar que se sienten desesperanzados, además de fumar, beber alcohol y usar marihuana, según la información de respaldo del informe, que aparece en la edición en línea del 21 de abril de la revista Pediatrics.

"Muchos adolescentes, sobre todo los negros, no duermen lo suficiente, lo que podría contribuir a su riesgo de tener una mala salud", advirtió la investigadora principal, Karen Matthews, profesora de psiquiatría de la Facultad de Medicina de la Universidad de Pittsburgh.

"Un sueño inadecuado puede resultar en un bajo rendimiento académico, conductas que dañan la salud y un estado de ánimo negativo", señaló.

Matthews dijo que la privación del sueño no se limita a los pobres. "Muchos niños que provienen de familias de clase alta tampoco duermen lo suficiente, pero nuestro estudio se enfocó en niños más pobres debido a la falta de datos disponibles sobre esos estudiantes [de clase alta]", comentó.

Los investigadores se preguntaban si los problemas de vivir en circunstancias poco ventajosas afectarían a los patrones de sueño. En su muestra, el 60 por ciento de los niños vivían en hogares unifamiliares. En general, los niños tenían más peso que el promedio nacional, dijeron los investigadores.

Matthews no está segura de por qué estos adolescentes no duermen lo suficiente. "Pero los factores que determinan la hora de irse a la cama son importantes para la duración del sueño, debido a los horarios obligatorios de inicio de clases", dijo.

"La hora de irse a la cama puede ser bastante avanzada si los estudiantes usan dispositivos electrónicos hasta tarde de noche, y la exposición a la luz brillante [de esos dispositivos] puede mantenerlos despiertos", aseguró.

Matthews señaló que, en esta muestra, estudiar hasta tarde en la noche no fue un factor.

El Dr. Metee Comkornruecha, especialista en medicina adolescente del Hospital Pediátrico de Miami dijo que el estudio muestra "lo que mucho pensamos, que los adolescentes no duermen lo suficiente".

Los niños tienden a distraerse mucho, dijo. "Los teléfonos celulares no solo se usan para enviar mensajes de texto, sino también para entrar en Internet y varios tipos de medios sociales. La estimulación frecuente puede mantener a esos niños despiertos".

Comkornruecha recomendó sacar las distracciones electrónicas de las habitaciones. "Saque los teléfonos, la computadora y la televisión de la habitación. Si están allí, los niños los usarán. Pero si la habitación es un refugio seguro para dormir, entonces se usará para eso", dijo.

Entre los estudiantes cuyos patrones de sueño se monitorizaron, el 57 por ciento eran negros y el 54 por ciento eran chicas. Todos provenían de familias de ingresos bajos o medianos.

Matthews dijo que además de observar a niños de familias más pobres, deseaban observar cualquier diferencia racial, dado que dos estudios de adultos de mediana edad sugirieron que los negros dormían peor que los blancos. "Por eso hicimos nuestro estudio en una secundaria integrada que tenía estudiantes negros y blancos con antecedentes económicos similares", añadió Matthews.

Los investigadores pidieron a los estudiantes que completaran cuestionarios y llevaran un diario de la duración y calidad del sueño. Por la noche, los adolescentes se conectaron a un dispositivo electrónico que monitorizó su sueño.

En las noches de escuela, los adolescentes dormían unas seis horas, y el fin de semana, unas siete horas. El equipo de Matthews halló que los negros y los chicos dormían menos que los demás niños, y su sueño era más fragmentado. Las chicas reportaron una peor calidad de sueño, y dijeron que con frecuencia estaban cansadas durante el día.

Los investigadores reportaron anteriormente que el sueño insuficiente se vincula con una presión arterial más alta y con la resistencia a la insulina, un factor de riesgo de la diabetes.

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