Consumir manzanas deshidratadas cada día ayudaría a las mujeres a reducir sus niveles de colesterol, evitando enfermedades cardiovasculares, según lo hallado por investigadores de la Universidad Estatal de Florida.
"Se dice mucho sobre comer una manzana al día, pero es hasta ahora que contamos con un estudio en humanos que demuestra que esta fruta tiene potencial para cuidar el corazón", explica el Dr. Bahram Arjmandi, director del estudio.
Para la investigación, el Dr. Arjmandi y su equipo dieron seguimiento durante un año a 100 mujeres, las cuales fueron divididas en dos grupos. Uno de los grupos tuvo que comer 75 gramos de manzana deshidratada cada día (equivalentes a dos manzanas enteras), mientras el otro comía 100 gramos de ciruelas pasa.
Los niveles de colesterol de las participantes fueron medidos al inicio del estudio, antes de los cambios en la dieta, y a los tres, seis y 12 meses de la investigación.
Al final, los científicos observaron que quienes habían comido la manzana habían reducido sus niveles de colesterol LDL (colesterol "malo") hasta en un 24 por ciento; por su parte, quienes habían tomado las ciruelas, mantuvieron niveles de colesterol constantes durante todo el estudio.
De acuerdo con el Dr. Arjmandi, "Los resultados superaron nuestras expectativas: es impresionante el poder que tienen las manzanas para reducir el colesterol; agregar un par de manzanas a la dieta, sin duda tendría beneficios grandes para la salud".
El especialista explica que, cuando está presente en exceso, el colesterol se adhiere a las paredes de las arterias, estrechádolas y volviéndolas rígidas; esto elevaría el riesgo de problemas como infarto y ataque cerebral. “Sin embargo, esto podría evitarse con un buen consumo de manzanas, y una dieta rica en vegetales”, apunta.
Pero no habría que dedicarle atención sólo a las manzanas, las ciruelas también tendrían un beneficio: "Aunque las ciruelas pasa no se relacionaron con un descenso en el colesterol, podríamos pensar, con base en los resultados, que sí ayudarían a controlar sus niveles y evitar que subieran", destaca el Dr. Arjmandi.
Además de incluir manzanas deshidratadas y ciruelas pasa, existen otras estrategias que te ayudarán a prevenir o reducir el colesterol alto: la Asociación Americana del Corazón (AHA) recomienda llevar una dieta balanceada, rica en alimentos vegetales, granos enteros y fibra, realizar actividad física y evitar el tabaco.
Según estadísticas de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), uno de cada seis adultos, es decir, el 16.3 por ciento de la población, padece colesterol alto.
AGUA DE COCO UNA BEBIDA DEPORTIVA NATURAL
El agua de coco posee un alto contenido de sales minerales por lo que en algunos casos podría sustituir a las bebidas deportivas, según lo hallado por investigadores de la Universidad Southeast, en Nueva Albany.
"El agua de coco contiene todo lo que una bebida deportiva y mucho más; de hecho posee cinco veces más potasio que el Gatorade o el Powerade", asegura la Dra. Chhandashri Bhattacharya, directora del estudio.
De acuerdo con la Dra. Bhattacharya, el potasio es un mineral necesario para los deportistas pues regula la forma en que los músculos se contraen. "Si no se recupera el potasio que se pierde durante el entrenamiento, pueden sobrevenir calambres, debilidad muscular o una fatiga muy intensa", explica.
El potasio, además, ayudaría a mantener el cuerpo bien hidratado durante y después de la actividad física.
Pero además de este mineral, la Dra. Bhattacharya asegura que el agua de coco es rica en antioxidantes, los cuales evitarían que los músculos sufrieran estrés excesivo durante el entrenamiento y facilitarían su recuperación luego del ejercicio.
"El agua de coco sería especialmente recomendable para quienes practican ejercicio moderado, sin embargo, si alguien que lleva a cabo un entrenamiento intenso desea tomarla, debería agregarle un poco de sal", explica la Dra. Bhattacharya.
Según explica la especialista, la pizca de sal tendría como objetivo incrementar el nivel de sodio del agua de coco, ya que "Este mineral se pierde en mayor cantidad al sudar, y el agua de coco podría no contener suficiente sodio para los atletas de mayor rendimiento", apunta.
Para mantener una buena hidratación durante el ejercicio, la Academia Americana de Médicos de Familia recomienda tomar cerca de 8 onzas (230 mililitros) de agua media hora antes de entrenar, y cada media hora durante el entrenamiento.
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